Se trata de un conjunto de condiciones atmosféricas de carácter adverso y que puede ser producido por ciclones violentos de tipo tropical, borrascas frías e intensas con origen en aire ártico, tornados y vientos extraordinarios. En cuanto a los ciclones, debe haber simultaneidad y concurrencia de velocidades de viento superiores a 96 km por hora (promediados en intervalos de 10 minutos) y precipitaciones con una intensidad superior a 40 litros de agua por metro cuadrado.
Si se trata de borrascas frías, deben concurrir velocidades de viento superiores a los 84 km por hora (promediados en intervalos de 10 minutos) y una temperatura potencial inferior a – 6ºC bajo cero (el punto de referencia será la presión del nivel de mar de punto más próximo).
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